La Academia, uno de los reality shows más importantes del país, ha encontrado la fórmula secreta para volver a llamar la atención de las audiencias tras 20 años de estar al aire. Algo que se debe reconocer pero también analizar.
Como todo programa, este espectáculo de Tv Azteca ha tenido temporadas buenas y temporadas malas, pero ha logrado mantenerse en el gusto del público porque a diferencia de otros formatos, acá puedes ver el avance de los cantantes y cómo les van enseñando a cantar, interpretar y bailar.
Sin embargo, no puede ser un formato del todo noble, tiene que haber controversia para mejorar los ratings. Situación para la cual trajeron a dos personajes fundamentales; Lola Cortés y Rubí.
Lolita Cortés, una mujer que está acostumbrada al escenario y a seguir las normas de sus productores. Alguien que sin duda fue un referente de La Academia durante sus primeras generaciones. Una actríz, cantante y bailarina que hace comedia musical en México desde hace muchos años.
Ella ha sabido llevar la crítica de un programa como estos a otro nivel, integrando sus dotes histriónicos para hacerse escuchar, vistiendo de forma dramática para hacerse ver. Sin duda un personaje inigualable, aunque ya un poco gastado en credibilidad. No olvidemos que durante el tiempo en que Lolita no trabajó para Tv Azteca, declaró que ella es obediente y que hace lo que el productor le va dictando en beneficio del formato. Gritos, escándalos y pleitos.
Este personaje de lleva una gran parte de responsabilidad en el rating del programa, a tal grado que a veces da la percepción que en lugar de llamarse La Academia, debería denominarse “El show de la Cortés”, pues se centra más en su aterradora crítica que en los estudiantes que están siendo capacitados y usando las pantallas para poder hacer una carrera artística.
Por otro lado, tenemos a Rubí, esta joven que hace 7 años se hizo famosa por aquella fiesta de quince que se hizo viral. A quién parece que metieron para generar controversia tanto en la casa como con los críticos y que hasta ahora sí les ha funcionado, pero no de la forma en que ellos hubieran querido, porque en lugar de ser una chava conflictiva, resulta que ha logrado generar empatía con los televidentes por su entusiasmo y disciplina.
Sí, no llega a las notas. Y eso se lo recuerda Lolita de forma agresiva todo el tiempo, pero la gente la quiere adentro por hacer su mejor intento y ser respetuosa.
Esta producción de La Academia ha logrado destacar. Redes sociales y medios tradicionales están al pendiente de lo que pase cada fin de semana. El problema es que el escándalo se los está comiendo, escándalo en el que muy pocos académicos, pero sí varios críticos y maestros están siendo los protagonistas.
La pregunta es, ¿cuál será el destino de este programa si siguen destruyendo su credibilidad a cambio de altos niveles de audiencia? Aquella reputación que logró carreras consolidadas como las de Yuridia, Myriam, Carlos Rivera o Nadia.
¿Por qué no buscar un punto medio entre el escándalo y el reconocimiento en la labor de los cantantes que están formando? Todavía van a la mitad del camino, podrían cambiar el rumbo en beneficio de la imagen pública de un programa que lleva tantos años en la televisión.
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