¿TE EMBORRACHAS CON GENTE A TU CARGO?

Hace algún tiempo, un cliente que vino para uno de los talleres de Imagen y Protocolo Profesional que ofrecemos cada mes, se acercó al finalizar el curso con una duda que según me dijo “no quería decirla frente a todos”. 

Con gusto lo invité a sentarse nuevamente y le pedí que me contara. A lo que él me preguntó si era adecuado ir de fiesta con las personas que tienes a tu cargo y en el camino (¿por qué no?) emborracharse con ellos. 

Obviamente le pedí que fuera un poco más específico para poderlo comprender y él empezó a explicarme que su vida está siempre vinculada con temas laborales y que por ello, cada vez que tiene un festejo invita a sus compañeros de trabajo y de forma regular termina de madrugada con varias copitas de más. 

Según me platicó, su esposa ya le había llamado la atención en varias ocasiones, pero no por tomar de más, sino porque lo hacía con el personal a su cargo, situación que a su punto de vista hacía que su imagen profesional se viera reducida. 

Al momento que le pregunté si él consideraba que había llegado a pasar esa pérdida de autoridad, me dijo que sí, que algunos habían dejado de hacer sus actividades apropiadamente por considerarlo “amigo de parranda”

Sin embargo, agregó un factor más, pues me dijo que él prefería hacerlo con gente de su oficina que con familiares por pena a ser criticado. 

La verdad, me hubiera encantado que la hiciera de forma grupal para que todos escucharan la recomendación que le hice. Muchos hemos cometido ese tipo de errores basados en lo que nuestro cerebro considera apropiado y no. 

Mi consejo al respecto fue que no estaba mal convivir con sus compañeros y tampoco que se tomara algunas copas con ellos, lo que sí es que debería procurar tener un límite. Es decir, dejar de tomar cuando sienta que “se le empieza a subir” para evitar faltas de respeto y comentarios que no son propios de un líder. 

Agregué que de ninguna manera está mal divertirse y perder un poco el control de vez en cuando, pero que lo adecuado sería hacerlo con su núcleo cercano; amigos y familiares. Esas personas (al contrario de lo que él pensaba) son en quienes puede confiar plenamente y no lo van a juzgar o incluso grabar, porque ellos son los que a lo largo del tiempo han visto cuánto se ha esforzado para poder tener momentos de esparcimiento. 

Para cuidar nuestra imagen profesional no es necesario que seamos robots, es necesario que comprendamos en donde y con quienes podemos hacer determinadas cosas y en donde y con quienes no es tan adecuado. 

La imagen profesional se construye a lo largo de nuestra vida y tiene como base el correcto trato a las demás personas y el empeño que le ponemos a cada aspecto. ¡Cuídala! No la tires a la borda por una, dos o tres fiestas. Acuérdate que el alcohol es un deshinibidor, por lo que al ingerirlo pueden pasar cosas desafortunadas. 

Eres un líder y siempre debes dar el ejemplo, ¡no lo olvides!

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Roberto Franco Briones

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